jueves, 15 de enero de 2009

Oquedades

He visto semejante correo. Una española desesperada me envía un pdf acerca de la actividad volcánica en Caracas y de las peligrosas oquedades resultantes.

(Como todos los españoles que se alocan con cualquier noticia, como si fueran noruegos o islandeses, como si España no fuera un Estado-nación plural, violento, racista y seccionado)

Sigo leyendo... de cómo los militares han cercado el lugar, impidiendo el paso a los civiles; eso a todas luces, agrega la cándida mujer, debe significar las oscuras jugadas de ajedrez de Chávez, quien aprovecha la catástrofe natural en escala de Mercalli (de ultraderecha, casi se puede oler) para guardar armas nucleares y petróleo. (Solo le faltó decir que el crudo era iraní, pienso chomskianamente)

Abro, ya, el archivo. La estupidez se cristalizó. El agujero de la zona 6, PMT y PNC discutiendo con civiles bien chapines. Me dio pena ajena. Apagué la Toshiba. Me fui al otro cuarto. Odio la TV (pero da igual). En el CBS Letterman entrevista a R. Williams. Cambio de canal. T. Wolfe. Hombre inteligente. Feria del Libro, Buenos Aires, humedad. Ofrecer información al público en Internet es propiciar la desformación. Pienso en las oquedades del discurso de la española. Apago la TV. Quiero una coca-cola.

1 comentario:

Ana Galdámez dijo...

Leo, pero hace días mi vista está fatigada. Indiscutiblemente anteojos... Decido subir las gradas y llegar a aquel artefacto, que dentro de unos años, será más que obsoleto. Correos, saludos, imágenes y dudas... Dudas que me llevan a trasladarme de un sitio a otro y de repente, consigo presionar una tecla. Así llego aquí, y estando en este espacio puedo decir: "¿Cómo llegué a otra dimensión?"

Interesante sitio.

Buena vida.

Ana.